En un minuto puedes…
Ganar un partido con marcador ajustado.
Prepararte una manzanilla.
Mirar cuantos whatsapps has recibido y leerlos por encima.
Buscar en el teletexto la programación del día.
Ir al WC y volver al sofá.
Besar sin dejarle tiempo al tiempo.
Emocionarte viendo como tu hijo da su primer paso.
Consultar si has recibido un mail.
Fumar 5 caladas y seguir trabajando.
Atarte unos zapatos o bambas.
Mirar fijamente a la persona que amas y decirle te amo.
Beberte una cerveza fría de 33 cl y subirlo a facebook y retar a alguien a imitarle. (y te sobran 30 segundos).
Responder un twitter indignado por una noticia que te parece injusta.
Sacar una T10.
Abrazar a un@ amig@ que no ves hace años y decirle lo guap@ que lo ves.
Buscar un mechero, encender incienso y sentarte en el sofá.
Comerte un plátano.
Encontrar cuantas letras P aparecen en este post (hazlo!!)
…
Pero en un minuto no puedes crecer. No.
Seamos conscientes. Despertemos. Practica el PROCESO, pruébalo. ¿Acaso aprendiste a caminar en un minuto?. ¿Aprendiste a hablar en un minuto?. No te engañes! Deja que la publicidad empuje a la gente a creer que en 3 meses sabrás Chino mandarín como toda la dinastía Qing.
Dale al minuto lo que le es posible, real.
Y ofrece proceso, desarrollo, transformación a todo aquello que requiera dedicación, constancia, esfuerzo, una mirada pausada, una calma activa. Aprende a distinguir aquello que reclama un INSTANTE de aquello que reclama HORIZONTE TEMPORAL.
Un minuto…también es tiempo para vivir una desgracia, percances, dramas. Un minuto es nada. O menos.
Digiere. Haz la digestión. Luego ya te bañarás en la piscina de las pisadas, del camino que tomes, de la actitud que sientas.
Vive tu proceso y recuerda, si te dura algo un minuto, vuelve a contar las P que se encuentran en este post.